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La IA también cuenta cuentos
Cómo usar la IA para tu storytelling
“Mamá, papá, ¿me contáis un cuento?”
Anda que no me gustaba ese momento cuando todavía andaba por la vida con dientes de leche.
Era una adrenalina bestial. Y no es para menos.
Uno de los hobbies que más añoro de cuando era pequeño era tener la potestad parar crear reinos de fantasía en cualquier situación. Daba igual si estaba en un parque, una cena con la familia, una misa o en clase.
Cualquier momento era el trailer de una historia. Y todas ellas me narraban las caras de los protagonistas, los problemas que se encontraban, cómo salían airosos, la música que sonaba mientras seguían con sus cosas…
¿Alguna vez has sentido que un recuerdo trasciende tu memoria? ¿Como si pudieras…sentirlo?
Pues cuando era pequeño me pasaba infinidad de veces. Muchos de esos recuerdos todavía son una fotografía nítida en 512K de definición. O un aroma que de repente me asalta en un parque y me hace olvidar que mañana tengo mil reuniones.
En mi cabeza todo era espectacular. TODO.
Tanto, que a los minutos de que mi madre empezara a contarme cuentos por la noche, la cama ya me abducía para transportarme a esos mundos.
Como si mi cerebro supiera que el mundo real no quedaba corto para vivir algo así.
Con razón me costaba tanto despertarme de la cama al día siguiente (?).
Con el tiempo fui pegando el estirón.
Empecé a ver que el mundo real también tiene cosas muy buenas…
Pero también dejé de ver esos toboganes de hierro pintados de rojo como fortines impenetrables. O los bolígrafos como cohetes que transportaban a seres azules y diminutos hacia una llanura de nieve.
¿Es malo? Sí, y no.
Me costó un tiempo aceptar que mi imaginación no se había ido con la música a otra parte. Simplemente ahora estaba involucrada en otro tipo de aventuras.
Y los actores de reparto ya no eran seres fantásticos, sino yo.
Esa fue una de las primeras lecciones que me llevé al crecer.
Todos somos actores de nuestra propia historia.
O al menos, deberíamos serlo. Independientemente de lo que busques.
Porque conforme iba creciendo, me iba dando cuenta que a mis amigos les pasaba algo similar. Ellos vivían sus propias historias, con personajes diferentes, una música que no tenía nada que ver con la que sonaba…y por supuesto, otros problemas que distaban mucho de los míos.
Sobre el papel, OK. Pero nadie me había contado cuál era la segunda lección…
Ahora tenía que escoger mi propia aventura.
Y había que hacerlo bien. Porque esa aventura no era algo fijo que se abriera ante mí, como los cuentos que me contaba mi madre.
Ya no era un mero espectador, sino el prota principal de mi historia. Como en estos libros.

David, pero…tú hablas de IA, ¿no?
Sí.
¿Y qué haces hablando de historias y cuentos?
Tranqui, tiene sentido.
Porque nosotros, como actores principales de nuestra propia película, también debemos interactuar con los personajes de otras. Ellos también lo necesitan para cumplir los objetivos de su historia. Quid pro quo.
Pero es que ahora, las máquinas también juegan un rol.
Y no, no es que tú seas Sarah Connor en la peli de Terminator.
Más bien eres Howard Hughes en El Gigante de Hierro.

En serio, si no has visto esta peli no sé qué decirte…
Sabes que la IA ha llegado a nuestras vidas arrasando. Sabes que puede ser un copiloto que te ayude a tomar mejores decisiones, co-crear tus aventuras personales y mitigar los peligros que te encuentres en ellas.
Pero es una novata en un mundo de humanos y ese es tu papel. Usar su poder responsablemente y enseñarle, en cierto modo, a estar a tu servicio.
Todo ello sin dañar a otros humanos, que los finales felices saben mejor si se comparten.
Por eso es importante que aprendas a llevarte bien con ella. Toda mi newsletter gira en torno a esa premisa.
Porque no hemos dejado de escoger nuestra propia aventura, y con la IA de nuestro lado, ese rol es más importante que nunca.
De esto sabe mucho una amiga mía.
Una amiga que es cañera como ella sola y que su historia de vida es ayudar a otros a contar mejor las suyas.
Una amiga que hace magia con algo tan poderoso como las palabras. Que en su día menos creativo te organiza un concurso de microrrelatos en LinkedIn y te saca de cualquier descosío.
Si además te digo que esta amiga es la creadora del club de “Escritores Inconfesos”, sabrás de quién hablo. Y si no, al menos deberías saber lo guay que es estar en un club así.
Sí, lo has adivinado. Es Sandra Lledó.
El caso es que, dentro del club, Estela Reyes le enseñó a Sandra un par de canciones que habíamos hecho ella y yo con Inteligencia Artificial.
Y ella usó eso para decidir que yo fuera el Sancho Panza de su próxima aventura.
Como si, mientras se lo imaginaba, pudiera imaginármela diciendo:
—Sujétame la pluma.
Y como me apunto a un bombardeo, no le podía decir que no.
Y eso se convirtió en…
Elige Tu PropIA Aventura
Una masterclass de una hora donde ella y yo te contaremos cómo usar ChatGPT para que puedas crear tus propias historias y relatos.
Y eso puedes aplicarlo al terreno que quieras: ventas, marca personal, marketing, branding, ligar…
Al fin y al cabo, saber contar nuestra propia historia ayuda mucho a que la nuestra tenga éxito.
Y de eso Sandra sabe un huevo y medio.
¿Qué veremos en la masterclass?
ChatGPT y casos de uso en creación de historias.
Uso de ChatGPT para crear tu propia aventura.
Refinamiento del resultado.
Creación de personajes.
Creación de imágenes consistentes para que toda la historia tenga el mismo estilo.
Y mucho más.
Si quieres acceder y eres parte del “Club de los Escritores Inconfesos” de Sandra, esa masterclass es gratuita.
Y si no eres parte del club, te cuesta 5€ la entrada.
Será el miércoles 12 de junio a las 18:00h CET.
Y mandaremos el enlace por Zoom el mismo día.
¿Qué? ¿Te animas a usar la IA como Howard Hughes?
Pues eso es todo, amigos.
Feliz fin de semana y gracias por dejar que la IA sea parte de vuestra historia.
¡Nos vemos en la jungla!
Y ojalá vernos en la masterclass también