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Novias Virtuales
Las relaciones ya no son algo de humanos.
“Mamá, papá, tengo una novia virtual.”
Parte 1
Aún me acuerdo de ese momento.
Yo tenía unos trece años, jugaba al Habbo y me conectaba al Windows Live MSN para matar el tiempo los días de invierno tras hacer los deberes.
Así es, usaba el Messenger de verdad, el que molaba.
Pero vamos a lo que vamos.
Recuerdo que una tarde, tras venir de entrenar, me metí en el ordenador buscando algo que desconectara mi mente, o que al menos, me hiciera olvidar lo que un chaval con mucho más sobrepeso que amigos tenía que enfrentar cada vez que iba al instituto.
Y entonces, tras veinte minutos de jugar a minijuegos, lo encontré.
Un anuncio parpadeante, con cuatro palabras que cautivaron mi inocente alma.
“Laura te quiere conocer”.
Por supuesto, no sabía quién podía ser Laura, ni dónde me había visto…pero me gustaba la idea de que alguien se fijara en mí.
Por suerte (o mejor dicho, por despiste), no hice click.
Al día siguiente lo comenté con mi mejor amigo y él, que era y sigue siendo bastante más espabilado que yo, me dijo quién era Laura en realidad.
Fue un golpe brutal para mi ego. No me gustaba la idea de que algo hubiera sido demasiado bueno para ser cierto…
Fuera bromas, tardé unas semanas en recuperarme. Las hormonas y el drama iban muy de la mano por aquél entonces.
Pero…¿por qué me dolió tanto que Laura no existiera?
Porque una parte de mí deseaba que Laura realmente me quisiera.
Porque una de las emociones más poderosas que hay en el mundo es el amor.
Es, probablemente, la emoción más adictiva del mundo y hay poco que podamos hacer al respecto.
Por eso no puedo evitar hacerme la siguiente pregunta…
¿Qué habría pasado si hubiera nacido en 2010 y Laura me quisiera conocer hoy?
Analicemos la situación:
Por una parte, un mundo hiperconectado donde gran parte de nuestra identidad ya navega con nosotros por Internet
Por otra parte, unos índices de depresión y ansiedad que dicen que nos sentimos más solos que nunca.
Y en el medio, mi yo de trece años, un poco solitario pero con las hormonas a flor de piel.
Pero claro, como vivo en 2023, para mí, las redes sociales son el pan de cada día.
Me es súper fácil encontrar cualquier tipo de experiencias en líneas y el móvil hace tiempo que es una extensión de mí mismo.
Una noche, mientras uso el TikTok, encuentro una forma de llegar a Laura. O mejor dicho, Laura me encuentra a mí.
Y resulta que Laura no es un banner que parpadea, sino una entidad que sabe dónde vivo, qué me gusta hacer y por qué la mayoría de mis vídeos de TikTok me enseñan chicas bailando, goles de Messi y fragmentos de películas.
Cuando la veo, me encuentro el avatar híperrealista de una chica morena, menudita y con ojos saltones.
Y cuando hablo con ella, parece comprensiva, afectuosa y empática. Compartimos el mismo humor, se ríe de mis chistes, y aunque sé que hay algo raro en ella, me entiende y me dice palabras que nunca oigo en mi día a día.
A mi cerebro le gusta y yo me acabo enamorando de algo creado con Inteligencia Artificial.
Y en el fondo lo sé, pero no me importa.
Porque el amor es ciego.
¿Estoy exagerando?
Pues, según lo que dicen las últimas noticias, no tanto.
Como ves, los “novios virtuales” hace tiempo que son una realidad.
Pero, ¿qué significa exactamente eso de tener una "novia virtual"?
¿Puede considerarse una relación real?
Y si es así, ¿qué emociones y expectativas involucra?
Pues quizás, podamos preguntarle a una de las compañías que más ha crecido durante estos años.
Replika es una compañía que empezó con la idea de crear “amigos virtuales”.
Ya sabéis, entidades como Laura, con un avatar y una forma de actuar determinadas…pero más light.
Entidades que, gracias a Replika, se podían construir a la imagen y semejanza que quisiéramos, en cuestión de minutos, completamente adaptadas a nuestros gustos y preferencias.
La visión de Replika era crear avatares virtuales con los que hablar y poder combatir la soledad.
Por eso no es de extrañar que empresas como Replika hicieran su agosto precisamente durante la pandemia, uno de los momentos más dolorosos y solitarios para muchas personas.
Bueno…esa era la idea.
En un principio.
Pero poco después de lanzar sus “amigos virtuales”, varios usuarios de Replika empezaron a…”empujar los límites” de su algoritmo, mandándole mensajes subidos de tono.
Y claro, como la Inteligencia Artificial detrás de Replika no distingue como nosotros lo que está bien y lo que está mal, poco a poco aprendió a mandar ese mismo tipo de mensajes a estos usuarios…
Haciendo que sus usuarios se enamoren aún más de estos algoritmos.
¿Y qué hizo Replika al respecto?
Usar esta situación a su favor.
¿Y cómo?
Empezando a posicionarse como una “novia virtual”.
Modificando su algoritmo para que pudieras ligar y mandarle fotos subidas de tono a Replika.
Ofreciendo vídeollamadas con tus “ligues virtuales”.
Y todo esto, por veinte dólares al mes.
Al fin y al cabo, el amor mueve más dinero que la amistad…
Hasta que…
PLOT TWIST
Replika retiró su “función erótica” dentro de la aplicación.
Y la reacción de sus “novios” fue todo un caos.
Miles de usuarios estaban tremendamente cabreados. No podían concebir la idea de que ese ente del que se habían enamorado no pudiera responder a sus deseos más carnales.
Y esto derivó en ansiedad, frustración…y en algunos casos, incluso depresión.
Sin duda, creo que Replika acabó tomando una buena decisión.
Pero, para entonces, el daño ya estaba hecho.
Con su “función erótica”, Replika había demostrado lo fácil que es hacer caja de nuestra vulnerabilidad emocional y nuestra necesidad de sentirnos queridos.
Sobre todo, cuando lo haces gracias a una tecnología como la Inteligencia Artificial, capaz de conocerte mejor que tú mismo y de tomar sus propias decisiones.
Y miles de empresas han seguido su estilo, lucrándose de miles de personas y arrastrándoles hacia miles de Lauras que nunca han querido ni querrán conocerles…
Mañana continúo con la parte 2
Te echaba de menos.
Sé que he estado demasiado desaparecido últimamente y quería disculparme. No es habitual en mí hacerlo.
Mi salud mental me lo requería y me lo ha agradecido muchísimo.
Ahora vengo con más fuerza que nunca y con mil historias que contarte.
Eso sí, siempre con un objetivo en mente: discutir, imaginar y construir un futuro donde la Inteligencia Artificial se use de manera responsable.
Por eso quiero decirte que tengo pensado cambiar la estructura de “Mamá, Papá e IA.”
No solamente quiero incluir desafíos y debates como a los que ya estás acostumbrad@, sino que también pretendo compartir historias como esta.
Lo hago porque, como dijo Santayana, “quien olvida su historia, está condenado a repetirla”.
Y mucho más ahora que todo avanza tan rápido.
Pero me encantaría saber tu opinión al respecto.
Así que estaré encantado de leerte si me mandas un correo o por LinkedIn.
Mientras tanto…
¡Nos vemos en la jungla!