¿Tu mente va a mil por hora?

Cómo la IA generativa nos puede ayudar a entender nuestras emociones

“Mamá, papá, voy a mil por hora.“

Yo era un chaval muy, pero MUY activo cuando era pequeño.

Mi cuerpo era el reflejo de una mente muy vivaz, luchando por encontrarle una explicación a todo lo que le rodeaba…

Y mis padres muchas veces pagaban el precio de lidiar con ella.

¿Por qué?

Porque el mundo interior de un niño puede ser una bendición y una maldición al mismo tiempo.

Una bendición porque esa curiosidad insaciable nos lleva a aprender, a descubrir, a jugar y a ser, probablemente, más felices de lo que seremos nunca.

Pero lidiar con el torbellino que hay en tu mente a esas edades no es fácil.

Muchas veces sientes que tu mente está llena de emociones que luchan por encontrar su salida. Al fin y al cabo, cuando eres un niño ya puedes llegar a percibir que el resto del mundo no te va a entender si no te comunicas con él.

El problema es que, la mayoría de las veces, para que el mundo pueda comprenderte, necesitas deshacer ese torbellino interno y convertirlo en palabras.

Y en ocasiones, las palabras no son suficientes para expresar todo lo que sentimos.

Y no te creas que el problema se soluciona cuando eres mayor, todo lo contrario.

Porque estoy seguro de que esta escena le es familiar a muchas personas.

A menudo, nos encontramos en situaciones en las que las emociones abruman nuestras cuerdas vocales, dejándonos con una sensación de desconexión y frustración.

¿Cómo podemos hacernos oír entonces cuando sentimos que nos faltan medios para hacerlo?

Simple, cambia el medio.

Si las palabras no sirven, hay que buscar la manera de que todos nos podamos entender.

Algo así como un idioma común. Y por suerte, ya tenemos unos cuantos.

El arte, por ejemplo, siempre ha sido un lenguaje universal, una vía de comunicación que trasciende las barreras del idioma y las limitaciones verbales.

Por eso mediante el arte se manifiestan sentimientos, emociones e ideas y la forma en que nos relacionamos con el mundo. Es una forma de expresión innata que nos permite compartir pensamientos y sentimientos que de otra manera podrían quedar atrapados en lo más profundo de nuestra psique.

Aprendimos a pintar bisontes en las cuevas antes que a decir “Hola”. Y no supuso ningún problema durante bastaaaantes años.

Pero el arte tiene un problema intrínseco.

Y es que requiere habilidad.

Al igual que comunicarnos implica un conocimiento previo del lenguaje, expresarte mediante el arte tradicional pasa por que tú te sientas cómod@ manejándolo primero.

Así que si eres Goya o Sorolla, no vas a tener ningún problema…pero si no es el caso, seguramente el arte tradicional no consiga capturar toda la complejidad de tus emociones y tampoco te proporcione ese efecto tan terapéutico que buscas.

Ahí es donde entra la Inteligencia Artificial

Imagínate poder crear imágenes que reflejen tus emociones internas sin tener que preocuparte por la habilidad artística convencional.

Una especie de lienzo digital donde tú describes la escena que quieres dibujar y se crea automáticamente un dibujo que refleja esa escena.

Una interfaz donde tus pensamientos se transforman en representaciones visuales impactantes. Donde no importa que sepas pintar o no y donde, por ende, no hay expectativas sobre lo buena o mala que sea la imagen que creas tú.

Un espacio donde tu mente puede fluir sin ningún tipo de juicio y donde tus emociones cobran vida.

Ojalá hubiera tenido ese espacio antes, cuando mi mente empezaba a ir a mil por hora.

Hoy en día uso algunas de las miles de herramientas que te permiten hacer esto.

Te dejo algunas aquí abajo para que te hagas una idea de cómo funcionan.

Gracias a ellas, con un simple gesto, puedo crear imágenes que representan mis pensamientos justo cuando yo lo necesito.

Puedo hacer escenas en las que me visualizo consiguiendo un objetivo.

Puedo volver a hacer arte sin la presión de hacerlo bien o mal.

Y sin esa presión, el arte pasa de ser un elemento estético a un puente que me hace entender mi mente a un nivel mucho más profundo.

Porque al liberar mis emociones en formas visual, puedo observarlas desde una perspectiva diferente y ganar una comprensión más profunda de mí mismo.

Así que la próxima vez que sientas que tus emociones van a mil por hora y las palabras no pueden seguir el ritmo, recuerda que el arte generado por IA puede ayudarte a bajar la velocidad.

Y más importante, ayudarte a entenderte.

Ahora pruébalo tú.

Está bien que te comente lo que han hecho por mí, pero esto mola mucho más cuando eres capaz de experimentarlas y aplicarlas a tu día a día.

Así que si tienes tiempo, te reto a usar alguna de estas herramientas por ti mism@.

Te propongo el siguiente desafío:

  1. Usa alguna de estas herramientas que te he dejado arriba para generar la imagen de un recuerdo que te haya impactado mucho durante este año. No les tengas miedo. La primera imagen seguramente no será perfecta, así que itera con esa herramientas hasta que crees una imagen que a ti te guste

  2. Guarda esa imagen en tu ordenador y piensa cómo te has sentido al crearla, qué ha pasado por tu cabeza a la hora de ver las imágenes que han salido, si te ha gustado el proceso…

  3. Y si quieres, comparte la imagen y lo que has querido representar conmigo. Me ayudaría mucho entender de qué manera estas herramientas os hacen bien y en qué creéis que podrían mejorar.

¡Y poco más!

¡Muchísimas gracias por leerme y nos vemos en la jungla!

David

P.D.: Mañana doy un webinario sobre cómo usar la Inteligencia Artificial para mejorar la comunicación interna entre empresas.

P.D.2: Muchíiiisimas gracias a la suscriptora que me ha propuesto el tema. Si tú tienes otro ámbito sobre el que querrías que hiciera un webinario, recuerda que me puedes mandar un e-mail. El tema debe ser: “Cómo usar la IA para […]”

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